«Dónde cada rincón cuenta una historia»

El lazo irrompible

Ser mamá de Adrián es lo mejor que me ha pasado en la vida, pero llegar hasta aquí no fue fácil. Pasé años intentando quedar embarazada, enfrentándome a tratamientos de fertilidad, desilusiones y esperanzas rotas. Pero cuando finalmente tuve a mi pequeño en brazos, todo valió la pena.

La lactancia fue algo muy importante para mí. No solo era la manera de alimentarlo, sino de demostrarle todo el amor que había guardado para él durante tantos años. Hubo momentos difíciles, noches sin dormir y dudas constantes sobre si lo estaba haciendo bien. Pero cada vez que Adrián me miraba mientras lo amamantaba, todo desaparecía. Era un vínculo único, algo que solo nosotros dos compartíamos.

Cuando llegó el momento de destetarlo, sentí que una etapa muy especial de nuestra relación terminaba. No quería olvidar lo que habíamos vivido juntos, así que decidí hacer algo para mantener ese recuerdo para siempre. Encargué un colgante hecho con unas gotas de mi leche materna. Cuando lo recibí, no pude evitar llorar. Es hermoso y lleva consigo toda la historia de amor que vivimos durante esos primeros meses. Ahora, cada vez que lo toco, recuerdo que ese vínculo entre Adrián y yo nunca se romperá.

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